24/2/20

RELATOS DEL NAVÍO GUALDINEGRO VOL.2.5


SANCTASANCTORUM
Parte 5

 Tras lo cual, me rodearon con manos y risas. Me hicieron girar hasta que perdí el equilibrio, pero no
me dejaron caer sujetándome firmemente. Entonces, la mujer me habló desde abajo.

 - Nosotros nos arrodillamos para darte la bienvenida. Benditos sean tus pies, que te han traído por este camino - y sus labios tocaron mis pies -. Benditas sean tus rodillas - y las besó -. Bendito sea tu miembro viril, sin el cual no existiríamos - y sus labios pasaron sobre él. Bendito sea tu pecho, lleno de vigor - y lo besó -. Benditos sean tus labios, que pronunciarán las Escrituras Sanctasanctórum - y me besó en la boca -.

 Me quitó la venda y descubrí que la Suma Sacerdotisa era la mujer del Tío Gregorio, o sea, mi propia tía. Estaba desnuda, nunca antes había visto a una mujer desnuda. No sabría decir si fué esto, o el hecho de que alguien de mi familia me hubiera besado de esa forma lo que me dejó petrificado.

 - ¿ Te pasa algo ? - me preguntó preocupada, cogiéndome por los hombros.

 - No, no es nada - mentí, esforzándome por recuperar la serenidad.

 Salimos del Círculo y subimos al patio. Antes de poder darme cuenta, todos los jóvenes estuvimos en la Sala Este del templo, que era el lugar de estudio para los aprendices. Una larga fila de pupitres se extendía enfrente de un púlpito sobre el que reposaba un grueso volumen del Sanctasanctórum. Desde ahí, uno de los monjes nos dictaba determinados capítulos del Libro.

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